miércoles, 4 de abril de 2012

Mi oTro yO: GRACIAS

Mi oTro yO: GRACIAS: El tiempo pasa, y es gracioso que nos detengamos a pensarlo cuando estrenamos 10 libras de más, y cuando bonchamos 2 horas menos, con 3 vec...

GRACIAS


El tiempo pasa, y es gracioso que nos detengamos a pensarlo cuando estrenamos 10 libras de más, y cuando bonchamos 2 horas menos, con 3 veces más estropeos que 1 año atrás. Pero lo cierto es que el tiempo pasa, y juega con nuestra mente y nos demuestra que todo es justamente contrario a lo que siempre creimos. De un año hacia acá he vivido lo que 20. Con sus altas y bajas, la intensidad de estos días ha sido una de las mejores etapas de lo hasta hoy vivido. Amé, sin dolor ni amargura. La experiencia más bella, que tras pensarlo solo trae sonrisa a mi memoria. Sentí el perdón sincero de personas a las que hice daño. Cerré capítulos y abrí mi mente a nuevos horizontes. Reafirmé que mis amigos y amigas son lo mejor que me ha podido pasar, después de estar viva. Conocí personas que me demuestran que este mundo no está tan jodido, y que no está tan 'de locos' el querer vivir unos añitos más... Y sí. Las lecciones se aprenden, de un tiempo a esta parte se me hace más fácil reconocer que yerro, me hace sentir humana. Sé cuándo debo determe y pensar. Egoísmo positivo. Me mimo más. Viví momentos muy difíciles... La salud de mi papá, la separación de mis padres, distanciamiento de mi hermana. Pero gracias a la fortaleza aportada por familiares y amigos, he podido reaccionar ante todo esto de una forma más responsable y sabia. He flaqueado. Me he rajado a llorar, me han dado ganas de dejarlo todo y vacearme en la nada... pero he respirado y comprendido, que todo tiene su por qué, no hay cabos sueltos en esta vida, y en su justo momento todo comenzará a fluir. Lo ideal es que lo bueno y bonito dure para siempre, que el amor sea eterno y bla bla bla. Pero el querido 'Belarminio' siempre dijo que "cuando no se puede, no se puede"; y si no se pudo juntos, hay que intentarlo separados. Me reconozco mujer, negra, y juego a desafiar a los y las que apuestan a negar sus raíces discriminando a los que no tenemos simplemente lucir lo que somos. He bailado y deshinibido mis pies al sonido de los tambores. Hay poder en la música. Me olvidé de escribir. Me deshice de las fantasías y me dediqué a vivir, y almacenar recuerdos detrás de mi oreja y debajo de mi almohada, hasta el punto que hoy casi revientan y laten como mi corazón. He aprendido a decir no. He bebido cerveza en el colmado frente a los bomberos, y contra amenaza de guagüeros y cueros, he puesto en la vitrola a Infinito, de Bunbury y a Sabina. Tambien he sido traicionada por amigos; he sentido sus punzadas en mi espalda, ante mis ojos, pero no he permitido que el rencor vuelva a mi. He visto a mi madre pasar y ni mirarme, casi he visto salir lágrimas y recurro a morderme los labios, respirar y pensar en otras 100 mentiras que al menos me entretengan. Solo agradecer a los y las protagonistas de mi vida, a quienes han llegado y se han ido, y los que siempre han estado, a los que se fueron pero siguen presente. Gracias darle tantos matices hermosos a mi vida, tantos colores, tantas notas musicales. Por las sonrisas, los 'te lo dije', los hombros y servilletas para llorar, los abrazos, los jumos, las conversaciones triviales, los cafés, 'omaigá!'

Na... eso. Gracias, y a los que no, No Gracias.