viernes, 6 de julio de 2012


Todo es raro. Humo. Bacterias. CO2. Coñazos al aire. Una estudiante de 8vo fuma uniformada luego de la prueba de matemáticas, en la puerta del Benito. Atada a un sentimiento que no puedo renunciar, que no quieres recibir. Peros, peros, peros y mas peros… no se adonde lleva esto ni a donde quiero ir. La cotidianidad, rutina, la vida SIMPLE que rebosa tu sien. Mis sueños, impotencia, NECEDAD, ante mis días, tan cotidianos, y sin embargo, tan llenos de escapes para huir de esta libertad que me aprisiona y me asfixia. Se van amigos, se estupidizan, se enamoran, se gradúan, se divorcian, se embarazan, se mudan, golpean a sus esposas, abortan, fuman, mienten, salen del closet, singan, besan, se embriagan, se casan. Madres que se esconden para no ver a su hija mayor; padres que esconden en el cesto de ropa sucia, una cirrosis inminente, como venganza a 25 años de matrimonio idos a la mierda, y vuelto un asco el ideal de familia impuesto en estos lados.

Tus ojos, verte, sentirte cerca. Un oasis. Pocos respiros he tenido en tu ausencia.

No sé cuanto tiempo soporte tu indecisión, tu resistencia a escapar, y buscar esa montaña de la que hablabas, o esos bailes milenarios que pretendías descubrir.

Yo, la misma, la que se abstrae como los “locos”, la que es todo y no pertenece a nada. La del miedo crónico a la presión. La de las manos de ‘vaga’ que se pierde entre libros y David Bowie. La que nació en una época equivocada, la que añejó a destiempo y se desfiebró de placeres fugaces; y se dedicó a desentrañar en lo pequeño, simple y feo, lo Pleno. Las hojas no se mueven. Sudor. Dolor de espalda. Una brisa breve y fresca (lo pleno). Hora y media antes de ver una película que me saque de aquí y me invite a otro mundo o galaxia, o plano, o Mi oTro yO®…


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