viernes, 6 de julio de 2012

Mi ojo derecho


Odio esta ciudad inconclusa, fastidiosa, apagada. Odio su espalda. Solo veo espaldas. Su afirmación es el NO más seco, vacío y feo. Es como dios. Tiene mal gusto si creó o inspiró esta ciudad de calles raquíticas, mujeres en tubis; y mi ojo derecho no se desinfla, para poder huir de ella.

Odio esta ciudad con sus parques azucarados que borran la memoria de otros tiempos, de sillas de guano y jarros de aluminio, campanazos en las iglesias, de fracatanes y supermercados chinos –hoy solo picapollos y moteles-. Mi ojo derecho está coagulando el agua de ahí…. Me secará el cerebro o lloraré gelatina.

Odio esta ciudad, aburrida hasta el colmo. Tan puntual en su nadación. Parece que la gente no se ‘jarta’ de lo mismo, ni de los murciélagos que se comen los mangos del vecino, ni yo de los gatos de mi vecina. Siguen vivos. Será su culpa el asunto de mi Ojo derecho?
30/06/2012

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