miércoles, 9 de mayo de 2007

sOlEdAd

Soy la sombra negra y gris que se asoma en la parte baja y se acomoda detrás de la luz y siempre esta sola.

Mis amigos, mis amigos… ¿que mejor amigo que yo? Siempre estoy conmigo en las buenas y en las malas…ja ja ja… y por la buenas o por las malas. En ocasiones quisiera no haberme conocido nunca, o salir corriendo y alejarme de mí.

Pero no puedo…Moldeo mi conducta para adaptarme a mí, a estar conmigo, a demostrarme cariño, a mostrarme que soy capaz, que soy buena…Pero sola… siempre sola. Conmigo, pero sola. En el mundo pero sola. La locura ¿o la soledad? Ha hecho estragos en mí y me mantiene sola, triste y aislada de la realidad, del mundo que me rodea pero que no rodeo; del mundo en que vivo, pero que no vivo.

Es como la música que escuchas, pero que no sientes, es la mirada que dice “te quiero” y no entiendes. Es la lágrima que cae del corazón y no entiendes que es amor.

Hola, ¿Cómo estas?, te veo, te hablo, te percibo… pero no estas, en mi universo no percibo mas que yo. Te veo desde aquí, te veo afuera. Ni salgo ni te dejo entrar. Todo queda en su lugar.

La soledad es la reja que me separa del mundo, pero es también mi compañera. En ella reflejo lo que ciento. Es mi espejo. Con ella brotan mis más profundos pensamientos. Es mi musa. Ella motiva esto que escribo. Es mi vida.

Cuando todos están, cuando todos se han ido, ella permanece conmigo. Me mira, me escucha, me siente, me palpa… yo la siento y la quiero conmigo. No tengo que hablarle para decirle, ni decirle para que escuche, ni escucharla para entenderla. Su simple presencia ¿o ausencia? Me da sabiduría, me inspira, me alienta y me anima.

Es una armonía casi perfecta. Es como la misma naturaleza en su más perfecta esencia. Se relacionan, se adaptan todos sus elementos, todos estos sin salirse de si. La soledad y yo; la naturaleza. Es lo mismo.

Ella hace que afloren mis más intrínsecos deseos, pensamientos, emociones, todo. Las saca a flote para que aproveche lo mejor ¿o lo peor? De mí. El odio y amor, el rencor y el perdón, la maldad y la bondad, la tristeza y la alegría, el orgullo y la humildad, el olvido y el recuerdo, el pasado, el presente y el futuro. Todo.Lo pone todo a mi disposición como cartas de azar sobre una mesa con una bola de cristal. Y yo soy el adivino. Tengo todo delante de mi; lo acondiciono de la manera que lo considero, con miras a mi futuro, a lo que pasará. A ese momento incierto y rápido que se llama futuro, a ese instante que cuando dices “dos”, es presente y ahora es pasado.

Sola ayer, sola hoy, ¿sola en el futuro?Soy lo que puedo ser, soy lo que quiero? Eso es todo? Pues no, las circunstancias… no, no,… mis “circunstancias” no me permiten ser mas de lo que soy; sí quisiera, claro, pero mi brazo llega hasta aquí, no quiero que se lastime, y si lo impulso desde atrás, atrás me quedaría, pero si me lanzo desde aquí solo me lastimaría.

Me quedo acobardada, estancada en mi “circunstancia” y no intento cambiarla, ni cambiarme. Soy consciente de la situación, pero me quedo como “la sombra negra y gris que se asoma en la parte baja y se acomoda detrás de la luz y siempre está sola”…

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