lunes, 23 de febrero de 2009

LOS VIENTOS CONTRARIOS QUE ACTUAN A NUESTRO FAVOR

“Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario…Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.Y él dijo: ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor. Sálvame!Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?Y cuando ellos subieron en la barca, se calmo el viento.”(Mateo 14:24, 28-32)

A lo largo de nuestra vida, emprenderemos una serie de trayectos necesarios para avanzar y para crecer. Sin embargo, cuando estemos de camino a conquistar esas metas, se presentarán oposiciones, luchas y vientos contrarios que quieran traer temor a nuestras vidas y desenfocarnos.

Pero, si mantenemos nuestra mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe, si clamamos a tiempo cuando sentimos que nos hundimos, si creemos en su palabra y nos aferramos a ella, entenderemos que esa tormenta no es más que una intervención divina, que nos ayudara a crecer en nuestra fe, de tal manera, que cuando vuelvan a levantarse otros vientos, en vez de mirar esas circunstancias, estaremos confiados en aquel en quien hemos creído.

No mires las circunstancias, enfócate en Cristo y en lo que alcanzarás cuando llegues a tu lugar de destino. Recuerda que los vientos se calmarán cuando aprendas aquello que es necesario para ese momento y que serás ayudado a conectarte más con Dios, el guiándote, enseñándote, y dirigiéndote. “No olvides que cuando estás siguiendo una orden divina, cuando estás creyendo en aquello que Él ha dicho y prometido, aun los vientos que parezcan contrarios, estarán realmente a tu favor.”

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