Muerdo las uñas conteniendo el deseo. Marchitando a puro dolor las ganas de sufrir la ausencia de mí a tu lado. Perderme en la marimba de mi corazón, y dejarlo sonar, sonar, hasta que estalle en llanto y empape de sangre mis huesos, entinte las paredes del olvido, la alfombra de los sueños.
Desgarrarme hasta la burla la piel que huele a tu nombre, para conservarla como el recuerdo de lo que fui: tú, a pesar de mí.
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