Me desperté con la tonta idea de que dormías conmigo
cuando miré a mi lado no vi más que tu ausencia
y un dolor acá, en el alma, en todo el cuerpo
Que me recorre entera, por la mitad, un cuarto, una décima parte...
No sé mucho de medidas,
pero de tu partida es mucho lo que puedo decir.
Noviembre.
Ya entiendo porqué siempre llueve y es gris
Mi alma lloró un noviembre
llovió, lloré, llovió, lloré
y en cada gota de lluvia
como en cada lágrima que de mis ojos brotaba
se iba desvaneciendo
lo que por ti sentía, lo que por tí sufría.
Te quise, te lloré, te odié, te deseé,
y poco a poco te olvidé...
5 comentarios:
Hermoso, lo triste de estos es que es hermosamente bello...y puede doler
Como debe de ser!!!
SE olvida pero quedan las experiencias!!! ellas nos hacen ricos en vida y nos preparan para el amor verdadero
Este poema se parece a mi, también lloré en noviembre, sólo que, como es usual en mi, lo hice son lágrimas.
sin lagrimas?
yo aun estoy llorando,
ah! como quisiera poder olvidarlo de un espanto, de un brinco, rapido como la velocidad de la luz, para que este dolorcito entre el pecho y el estomago no se me haga costumbre y necesidad ni me haga víctima de esa muerte no anunciada.
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