Descalzo y sucio me encuentro
cuando me pierdo en el cadencioso movimiento
de un olor a canela
que me arrastra a la cordura
de un negro azabache,
como el que tengo atado a mi muñeca izquierda
desde que me santiguaron.
Soy amo y señor de una piel café,
Soy amo y señor de una piel café,
de unos ojos de merengue
y de un sabor a ron,
a azúcar,
a mango banilejo,
a invasión,
a dependencia extranjera,
a yaniqueque del mayor,
a pote’e ron en el parque,
a limpiabota,
a ‘huelecemento’,
a casabe,
a tierra.
Soy esclavo de una historia
Soy esclavo de una historia
que la ignorancia de mi pueblo
me está obligando a repetir,
soy esclavo de una lucha que no es suficiente,
de un sistema inexistente,
ineficiente e irreal,
esclavo de estrellas y barras,
de presidentes muertos en papel
y del fruto de guerras
por aquel rey negro de las aguas...
Amo de qué? Si lo que queda se nos escapa?
Amo de qué? Si lo que queda se nos escapa?
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